Domingo de Soto
(1494-1570)

Teólogo y religioso dominico, nació en Segovia, iniciando sus estudios en Salamanca. Por falta de recursos económicos hubo de abandonarlos durante un tiempo, retomándolos más tarde en Alcalá de Henares. De allí, y gracias a la ayuda de Hernando de Saavedra, fue a París, para regresar de nuevo a España en 1520. Enseñó en Salamanca durante algunos años. En unión de su amigo Saavedra ingresó en la orden de santo Domingo. Ganó la Cátedra de Teología en Salamanca, donde coincidió con Francisco de Vitoria. La universidad le pidió que impusiera sus obras, entre las que destacan Comentarios a la dialéctica de Aristóteles y De iustitia et de iure. Enviado a Trento por el rey Carlos I, desempeñó una importante labor durante el transcurso del Concilio. De regreso a España, colaboró con Bartolomé de Las Casas en la defensa de los derechos de los indios. Murió en Salamanca, pronunciando su elogio fúnebre el poeta Fray Luis de León, antiguo alumno suyo.