Fray Diego Morcillo Rubio de Auñón
(1642-1730)

Eclesiástico y administrador colonial español, virrey de Perú (1716; 1720-1724). Nació en Villarrobledo, Albacete, el 3 de enero de 1642. Ingresó muy pronto en la Orden de los Trinitarios Descalzos, en Toledo, y estudió Teología en la Universidad de Alcalá, ciudad donde fue nombrado predicador de cámara del rey Carlos II. Fue calificador del Consejo Supremo de la Inquisición. En 1701 fue nombrado obispo de Nicaragua, y en 1708 resultó designado obispo de La Paz. En 1713, cuando era arzobispo de Charcas (Alto Perú), le llegó el nombramiento de virrey interino del Perú por parte del monarca Felipe V. Entró en Lima el 15 de agosto de 1716 y ejerció el cargo durante cincuenta días, hasta la llegada del nuevo virrey, el príncipe de Santo Buono, tras lo cual volvió a su arzobispado de Charcas. Como virrey en propiedad de Perú, entró en Lima el 26 de enero de 1720. A la muerte del arzobispo de dicha ciudad, Antonio de Zuloaga, le sucedió en la sede episcopal. Durante su mandato fueron canonizados por el Papa Benedicto XIII dos importantes santos de Perú, Toribio Alfonso de Mogrovejo y Francisco de Solano. Donó grandes sumas de dinero a su Orden de trinitarios, a obras de caridad y hospitales, y fundó en su pueblo natal un convento de carmelitas descalzas. Tuvo fama de inteligente, culto y buen administrador. Cesado en 1724 después de los graves incidentes acaecidos en Paraguay, murió en 1730 en Lima, en cuya catedral fue enterrado.