Eclesiástico e historiador español. Nació en la localidad navarra de Puente la Reina, hijo de Jimeno Pérez de Rada y de Eva de Finojosa, hermana de san Martín de Finojosa. Se educó en Bolonia y París, donde adquirió una gran cultura. Fue obispo de Osma (Soria) y, más tarde, elegido arzobispo de Toledo en 1209. Defensor de la primacía de la sede toledana, puso la primera piedra de la nueva catedral de estilo gótico. Alfonso VIII le concedió la villa de La Guardia el año 1213, donación que posteriormente confirmó Fernando III en 1218. Pasó largas temporadas en Brihuega impulsando las construcciones de las iglesias de San Felipe, San Miguel y Santa María, concediendo a Brihuega su Fuero y consiguiendo del rey distintos favores para el pueblo. Desempeñó importantes funciones cortesanas, interviniendo activamente en la preparación de la cruzada contra los almohades que culminó en la victoria cristiana de las Navas de Tolosa el año 1212; como consecuencia de esta victoria, aumentó el territorio del arzobispado con el Adelantamiento de Cazorla. Participó en las expediciones militares de San Fernando III. Conquistada Valencia, reclamó esta sede para el arzobispado de Toledo, lo que le valió una excomunión por el Sínodo de Tarragona, en 1241, anulada por Gregorio IX. Elevó a Colegiata la iglesia de Santa María de Talavera. Asistió al IV Concilio de Letrán y mantuvo numerosos pleitos con otras diócesis para asegurar la primacía toledana. Mandó reconstruir el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, destruido por un incendio pocos años después de su construcción, llevada a cabo en 1209. En 1233 ratificó y amplió el Fuero a los habitantes de la villa complutense; perdonó a sus habitantes el impuesto del marciazgo; dispuso que uno de los dos vicarios de Toledo residiese en Alcalá y realizó un deslinde y amojonamiento del término de la villa. Contribuyó a la fundación de las primeras Escuelas Generales. Como historiador, su obra más importante es Historia Ghotica o De rebus Hispaniae, también conocida por Cronicón de las cosas sucedidas en España, en la cual se describe la historia de la Península Ibérica hasta 1243; también son obras suyas una Historia Arabum e Historia Romanorum. Su biblioteca la donó al monasterio de Santa María de Huerta, donde se halla enterrado. Falleció el día 10 de junio de 1247 en Lyon (Francia), al regreso de una visita al Papa Inocencio IV.