María Isidra de Guzmán y de la Cerda
(1767-1803)

Hija de los Condes de Oñate y Marqueses de Montealegre, una de las familias nobiliarias de mayor peso del país, nació en Madrid en 1767 y murió en Córdoba en 1803. Su educación corrió a cargo de don Antonio Almarza. Nombrada primero miembro de la Real Academia de la Lengua Española en 1784, como Académica Honoraria, no de número, sus padres solicitaron que fuese doctorada por la Universidad de Alcalá, en un momento en que la Universidad Complutense se encuentra en pleno proceso de decadencia. Protegida por el monarca Carlos III, éste ordena que se le concedan los grados de Filosofía y Letras Humanas por Real Orden de 20 de abril de 1785. Tras examinarse en junio de ese año, es nombrada Doctora y Catedrática honoraria de Filosofía Moderna. Un mes después, ingresará en la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, y en 1786 lo hará en la Sociedad Económica Matritense, a pesar de las reticencias y del pensamiento misógino mayoritario, lo que dice mucho del movimiento ilustrado, de los salones literarios, del poder de la nobleza y de su arrojo y valía intelectual. Su entrada en la Sociedad Matritense provocará la creación de la Junta de Damas de la misma. En 1789 contrae matrimonio con don Rafael Alfonso de Souza, marqués de Guadalcázar y de Hinojares, quien más tarde, a la muerte prematura de María Isidra, casó con doña Marie Marguerite Godeau de Entraigues en 1808. Entre sus escritos caben destacar los discursos de entrada en la Real Academia de la Lengua y en la Real Sociedad de Amigos del País, como figura en los respectivos títulos: Oración del género eucarístico que hizo a la Real Academia Española... (1785) y Oración del género eucarístico que hizo a la Real Sociedad de Amigos del País de esta Corte... (1786).