Antonio Folch de Cardona (1657-1724) Procedente de una familia con peso en la administración de la Monarquía, hijo de los almirantes de Aragón, marqueses de Guadalest, nació en Valencia en 1657 y falleció en Viena en 1724. Renunció a la vida militar para ingresar como religioso en el convento de San Francisco de Palencia. Ya profeso, fue colegial mayor de San Pedro y San Pablo en Alcalá de Henares. Después de enseñar filosofía y teología a los religiosos de su orden, fue guardián de los conventos de Palencia y Ávila. En 1696 fue promovido a comisario general de la orden franciscana y en 1697 a comisario general de Indias. El Papa Inocencio XI lo nombrará arzobispo de Valencia en 1699 a propuesta del rey Carlos II. A pesar del conflicto suscitado en España por la guerra de sucesión entre Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Austria, ambos pretendientes a la corona española a la muerte del rey Carlos II, los problemas no surgen para él hasta tomar los partidarios del archiduque Carlos la ciudad de Valencia en 1705, lo que le obligó a retirarse en 1706 al pueblo de Biar, al sur de la Diócesis, y posteriormente trasladarse a Madrid. Aunque en un principio mantuvo una postura ambigua entre los dos pretendientes, al final se inclinó por Carlos de Austria ante los desmanes cometidos en el territorio diocesano por los partidarios de Felipe V, y especialmente por los abusos perpetrados por Melchor Rafael de Macanaz, que no respetó la inmunidad eclesiástica, y a quien excomulgó por ello. Al retirarse de Madrid el archiduque Carlos en 1710, el arzobispo le siguió a Barcelona y posteriormente a Alemania. En 1711, al morir José I, emperador de Alemania y hermano del archiduque Carlos, éste fue coronado emperador; el arzobispo Folch de Cardona permaneció a su lado y fue nombrado presidente del Supremo Consejo de España en el exilio. Vivió en el destierro hasta morir en 1724. Durante los quince años que no residió el arzobispo en la Diócesis, ésta sufrió serios avatares, ya que además de la crítica situación política y administrativa creada en Valencia por el Decreto de Nueva Planta, las ingerencias del poder secular en el régimen diocesano produjeron confusiones y faltas de entendimiento. En 1720 fue nombrado vicario general Francisco Yanguas de Landia, provisor de Burgos, que rigió la Diócesis hasta la muerte del Prelado. El arzobispo, desde el exilio, dirigió cartas pastorales a sus diocesanos, y solicitó al Papa Clemente XII la reapertura del proceso de beatificación de mosén Miguel Jerónimo Simó, que no llegó a realizarse. |