Cristóbal Colón (1451-1506) Navegante y descubridor al servicio de la Corona de Castilla, fue el primer almirante, virrey y gobernador de las Indias. Nació en 1451 en Génova, hijo de Doménico Colombo y Susana Fontanarrosa. Su aprendizaje debió hacerse en galeras genovesas primero, como grumete; como marinero, desde los quince años, y con mando en barco desde los veinte años. Entre 1470 y 1476 recorrió las rutas comerciales más importantes del Mediterráneo, desde Quíos, en el Egeo, hasta la Península Ibérica. Participó en el enfrentamiento entre Renato de Anjou y el rey de Aragón, Juan II, por la sucesión al trono de Nápoles. Llegó a la ciudad de Lagos, en la costa meridional portuguesa, tras un combate naval acaecido cerca del cabo de San Vicente, el 13 de agosto de 1476. Su estancia en Portugal duró casi diez años. Allí aprendió a conocer el Atlántico, a frecuentar las rutas comerciales que iban desde Islandia hasta el archipiélago de Madeira y a navegar hasta el golfo de Guinea. En Lisboa se dedicó al comercio. En 1477 viajó hasta Inglaterra e Islandia, y en 1478 se movía entre Lisboa y el archipiélago de Madeira con cargamentos de azúcar. Hacia 1480 se casó con Felipa Moniz de Perestrello. De este matrimonio nació hacia 1482 en la isla de Porto Santo, archipiélago de Madeira, su sucesor, Diego Colón. Hacia 1483-84 defendió su proyecto de circunnavegación ante los portugueses, que lo rechazaron. A finales de 1484 o principios de 1485 dejó Portugal secretamente y viajó a Castilla. Tras arribar con su hijo Diego a algún puerto del golfo de Cádiz, quizá Palos de la Frontera, visitó el monasterio franciscano de Santa María de La Rábida, en donde recibió ayuda material. El 20 de enero de 1486 los Reyes Católicos recibieron por primera vez a Colón en Alcalá de Henares, y a continuación nombraron una junta de expertos para valorar el proyecto colombino. La voz de la ciencia, como en Portugal, le fue contraria. A pesar de que muchos no daban crédito a lo que prometía, nunca le faltaron protectores, entre ellos religiosos como fray Antonio de Marchena, fray Diego de Deza y Juan Pérez o cortesanos como Luis de Santángel, Juan Cabrero o Gabriel Sánchez. Entre 1487 y 1488, mientras esperaba en Córdoba la decisión de los monarcas, conoció a Beatriz Enríquez de Arana, que el 15 de agosto de 1488 le dio un hijo, Hernando Colón. Para hacer frente a sus necesidades, trabajó pintando mapas de marear o portulanos y como mercader de libros de estampa. En 1488 fue a Portugal, y poco después viajó por Andalucía. Los Reyes Católicos decidieron respaldar su plan y el 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, que estipulaban las condiciones en que Cristóbal Colón haría el viaje descubridor. Zarpó de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492 con las naves la Niña, al mando de Martín Alonso Pinzón; la Pinta, dirigida por Vicente Yáñez Pinzón; y la Santa María, capitaneada por él mismo. El viaje no fue difícil, aunque hubo varios motines entre la tripulación; el 12 de octubre de 1492 el vigía Rodrigo Sánchez de Triana divisó tierra. La expedición atracó en la isla de Guanahaní (Watling, en las Bahamas), que Colón bautizó como San Salvador. Posteriormente descubrió Juana, hoy Cuba, y La Española, actuales República Dominicana y Haití. El día de Navidad encalló la nave Santa María, con cuyos restos construyó el fuerte de Navidad. Aquí dejó a treinta y nueve hombres al mando de Pedro de Arana, y con el resto de la tripulación volvió a Europa. A su llegada a España en 1493, se trasladó a Barcelona por orden de los reyes, que lo recibieron en la corte con honores y donde exhibió las raras riquezas del territorio descubierto. Afirmó haber llegado a China y descubierto varias islas de la costa oriental de Asia, pues no sabía en ese momento que había descubierto un nuevo continente. El 25 de septiembre de 1493 emprendió su segundo viaje, zarpando desde Cádiz. Arribó a las Pequeñas Antillas, descubrió Puerto Rico, llegó hasta el fuerte de Navidad y comprobó que había sido destruido y su guarnición aniquilada. Sobre sus restos fundó la primera ciudad de América, la Isabela. Recorrió la costa sur de Cuba, llegó a Jamaica, y a finales de 1494 descubrió Sudamérica al arribar a la zona de la actual ciudad venezolana de Cumaná, aunque lo ocultó hasta el tercer viaje. El 11 de junio de 1496 Colón arribó a Cádiz. Después de ver confirmados y ampliados sus privilegios, Colón emprendió su tercer viaje el 30 de mayo de 1498 desde Sanlúcar de Barrameda. Desde Canarias siguió hasta Cabo Verde. Alcanzó Trinidad, recorrió el golfo de Paria y se dirigió a La Española. Allí encontró a la población española dividida por la sublevación de Francisco Roldán. Los motivos de descontento eran básicamente la ausencia de las riquezas esperadas en aquella zona. Colón tuvo que pactar con los rebeldes y prometerles cuantiosos beneficios en el comercio de esclavos. Enterados los reyes de la situación en La Española, decidieron enviar al comendador Francisco de Bobadilla en 1500 para hacerse cargo de la gobernación y administrar justicia. A primeros de octubre de 1500, Cristóbal, Bartolomé y Diego Colón regresaban a España encadenados. Los monarcas ordenaron que fueran puestos en libertad y les recibieron en Granada. El Almirante partió para su cuarto viaje el 11 de mayo de 1502. El nuevo gobernador de La Española, Nicolás Ovando, les prohibió la entrada en Santo Domingo. Cruzó el Caribe, arribo a la isla Guanaja, en la costa de Honduras, y siguió el litoral hacia el sur hasta las costas panameñas, donde intentó fundar una localidad, Belén, que hubo de abandonar por las hostilidades con los indígenas. Perdió las naves una tras otra y apenas pudo llegar a Jamaica, donde permaneció aislado más de un año y de la que salió el 28 de junio de 1504 para ser recibido por Ovando en Santo Domingo. Enfermo de gota, regresó a España, adonde llegó el 7 de noviembre de 1504. Desde entonces Colón inició la reivindicación de sus privilegios, puesto que si bien disfrutaba de los beneficios económicos que se le habían prometido en Santa Fe, en cambio no gozaba de las prerrogativas de almirante y gobernador de las nuevas tierras. El pleito con la Corona quedó en suspenso al producirse la muerte del Almirante el 21 de mayo de 1506 en Valladolid. |