Se trata del único edificio medieval que se conserva del conjunto que a mediados del siglo XV, y a partir de la ermita de San Juan de los Caballeros (S.XIII), comienza a ampliarse para acoger a la congregación religiosa de Santa María de Jesús. La capilla fue fundada por Pedro Díaz de Toledo, oidor de Juan II de Castilla, como panteón familiar y en ella se conserva una reproducción de la pila bautismal de Miguel de Cervantes, cuyo bautismo tuvo lugar el día 9 de octubre de 1547. Las ruinas que hoy en día pueden apreciarse corresponden a la destrucción durante al Guerra Civil de la ampliación de la iglesia de Santa María trazada por Rodrigo Gil de Hontañón a mediados del siglo XVI. La última restauración tuvo lugar en el año 1982 con la idea de dar a las diferentes capillas un uso cultural como salas de exposición.